LAS TRES FRONTERAS

Existe un lugar en América donde se juntan tres países, tres acentos, dos lenguas, dos ríos, y decenas de cataratas. Paraguay, Argentina y Brasil comparten sus fronteras en un lugar mágico donde la espesura de la vegetación alberga miles de animales: coaties, leopardos, cocodrilos... Sin embargo la propia vegetación dificulta la exploración y por eso tenemos que conformarnos con los parques del lado de Argentina y Brasil, construidos para conseguir acceder a las cataratas de Iguazú.
“Las tres fronteras”

Si algunos de vosotros habéis visto alguna imagen de las cataratas de Iguazú, seguramente habréis visto en realidad una imagen de la garganta del diablo, la más caudalosa de las cataratas. Para poder ver este fenómeno de la naturaleza se puede tanto acudir al parque del lado Brasileño como del lado Argentino. Mi consejo es evidente, sin duda hay que visitar los dos lados. Para ello recomiendo hospedarse en el lado Argentino (Puerto Iguazú) primero porque la lengua es más fácil para nosotros, segundo porque el pueblo es más pequeño y tranquilo y tercero y más importante porque es mucho más barato. Una vez elegido el hospedaje (a partir de 10 euros en adelante) lo mejor es ir primero al lado Brasileño. La entrada es más barata pero también es cierto que el camino es más corto. Una vez que entráis en el parque, un autobús te lleva hasta el inicio de un camino vallado, es poco menos de un kilómetro, en el que comienzas a ver las cataratas del lado argentino, en el otro lado del rio, vas subiendo hasta llegar cerca de la garganta del diablo, y ver esta magnífica catarata. El camino se hace en apenas dos horas. A la entrada del Parque de Argentina existen dos posibilidades, coger un tren que te lleva a la primera estación o hacer el recorrido a pie, por un camino entre la selva, en el que se puede contemplar la flora del lugar y hasta si se tiene suerte algún animal. Los coaties aparecen de cualquier lado, no son peligrosos a no ser que tengas un bocadillo en la mochila porque entonces no te dejan en paz. En esta primera parada se accede al paseo superior y al paseo inferior. Son dos paseos construidos entre la montaña para observar varias cataratas desde dos perspectivas. El recorrido superior se hace en una hora. El inferior en unas dos horas. En el paseo inferior se accede al puerto de donde salen las barcas a la Isla de San Marcos. Un parada necesaria puesto que esta isla se encuentra de frente a las cataratas y te darán una nueva imagen de todo el paseo. Tras hacer estos recorridos, volviendo a la
estación se coge de nuevo el tren, para ir a la última parada: la gargantea del diablo. Un paseo por encima de las aguas, en las que si tienes suerte podrás ver algún cocodrilo y que te llevará directo a la garganta del diablo, de esta vez mucho más cerca, ves a pocos centímetros miles de litros de agua cayendo en apenas un segundo. Es algo inexplicable, solo estando allí se puede entender la cantidad de agua que cae. Para hacer el lado argentino se tarda prácticamente todo un día. A parte del atractivo de las cascadas se ofrecen otros paseos a los turistas. Los más famosos es ir a Itaipú, la hidroeléctrica más grande del mundo, y hacer compras en Paraguay. Yo hice ambos, la verdad es que Itaipú no mereció la pena. Ir hasta Paraguay resulto muy interesante, es una zona franca donde los aparatos eléctricos tienen unos precios inmejorable. Lugar donde acuden tanto argentinos como brasileños para hacer compras. Sin embargo lo más interesante no es el precio sino pasear por las calles de Ciudad del Este, un caos total. Un lío increíble de coches, motos por todos lados, personas en la calle llamándote para que acudas a sus tiendas, una locura total, muy de América Latina, pero que en realidad yo solo había visto en algunos lugares en México. Sin duda, interesante de acudir, solo para vivir la experiencia.

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