El hombre que camina por la cuerda floja nunca pensó que el camino sería tan largo. A cada paso que da, un escalofrío sordo le asalta y piensa cuánto le gustaría mirar a ese abismo que, por momentos, le parece prometedor. El hombre que camina por la cuerda floja vestía trajes a medida y llevaba maletín de piel. Apenas había caminado unos metros, cuando dejó caer el maletín porque le parecía que su peso era insoportable. Y el traje era un manojo de jirones. Él camina y el miedo le atenaza a cada paso, no puede mirar hacia abajo, sólo a la infinitud de la línea que se extiende ante él. Hace tiempo que ha olvidado qué lo llevó a ser equilibrista, qué extraño juego del destino lo degradó a esa posición, siempre inestable, siempre insegura. Tantas veces ha creído llegar al final de su calvario que ya no tiene esperanza de conseguirlo; sólo camina, ese es su fin, su objetivo. El hombre que camina por la cuerda floja ha aprendido que ya no sabe vivir, únicamente sobrevive a cada paso como si fuera el último. No sabe dónde está el sur o el norte, no puede volver y ante él sólo se extiende el mañana. Muchas veces le falta fuerza, cree que va a caer, se ve tentado de dejarse abatir, pero sigue caminando. Él siempre se supo un ganador, todo le fue bien, tenía una mujer preciosa, dinero y éxito, él confiaba en que, para la gente como él, no cambiaba el destino. El hombre que camina por la cuerda floja no tiene más lágrimas. Por un momento, el hombre siente que hoy el viento lo empuja, lo arrastra, lo acompaña para que no se detenga. Hoy está menos cansado, sonríe y, por primera vez, desde que pisó la cuerda maldita, se detiene y, sin miedo, mira el abismo, que se le antoja cercano. Cree que puede pisar el suelo, que podrá conseguirlo. El hombre que camina por la cuerda floja se deja caer ante el estupor de sus espectadores, del viento que no alcanza a elevarlo y, para sorpresa de todos, cae con estrepito al suelo. Un suelo más cercano de lo que parecía, un suelo firme y prometedor, un suelo por el que el hombre podrá caminar con paso firme, un suelo que es un camino nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario