MI ESQUINITA FAVORITA

A Víctor.

Creatura y Tarantino. Ciclo de cine. Viernes 6 y 20 de Febrero 23 horas. Centro Cultural de Illescas. Resrevoir Dogs y Pulp Fiction.

Cuando a los dos días yendo a trabajar, bajando la cuesta que lleva a Recas, sonaba en la radio de mi coche Like a virgin no pude evitar reírme, reírme con muchas ganas. Y como siendo una canción y algo más me sentí transportado al fin de semana, a las horas y horas compartidas por tres personajes peculiares.
El primer personaje peculiar era yo mismo. Un novato y un viejo en la misma piel. Un hombre al fin y al cabo, pese a no pertenecer a los círculos de hombres ni sentirme cómodo en esa exaltación estúpida de la masculinidad. Pero el discurso inicial había calado en mí. Por eso la risa al oír a Madonna decir que se sentía tocada por primera vez, que se sentía como si fuera nueva, virgen de nuevo. No hacía más que recordar las palabras del señor Marrón. Sus palabras salvajes y divertidas sobre el tamaño descomunal que tenía aquello que hacía volver a Madonna a sus inicios sexuales. Era una conversación para hombres. Claramente. Sólo de hombres. Y la indignación que sentían las mujeres ante ella me era indiferente.
El señor Marrón era el segundo personaje. El más peculiar de todos. Masculino y frágil. Violento y tierno. Las canciones de amor rodeaban todas sus palabras, sus palabras brutales y duras. Fool for love. Aquello era a lo que me refería. Fool for love mientras litros de tinta roja y salsa de tomate se hacían pasar con mucho éxito por sangre, sangre dura, pegada a las heridas y dolorosa de ver y casi oler. Hooked on a feeling. Así estaban todos por allí. Colgados de un sentimiento. De la crueldad. De la rabia. Del amor, por qué no. Y todos esos ocho tipos estaban así, colgados de un sentimiento. O de su locura propia que nos hacían llegar cierta a nosotros.
Tú eres el tercer personaje. Duro e impasible siempre, como uno de esos tipos de Reservoir Dogs. Como el jefe de todos ellos. El señor verde. Estúpidamente me repetías cosas que ya sabía. Pero tenías que decirlas. Es tu papel. Como si el señor Marrón también escribiera para ti. Evidentemente no somos iguales. No somos mujeres. Ellas y nosotros no somos iguales. Ni podemos serlo. Ni debemos serlo. Y somos más duros o más fuertes o disimulamos mejor que ellas. Claro. Tú lo sabes. Yo lo sé. No tenías que decirlo. Pero estuvo bien que lo dijeras. Clowns to the left of me, jokers to the right. Lo sabemos. Pero no hace falta que lo digamos.
Y después de veinticuatro horas, de las consideraciones, de los parecidos, del impacto que esas palabras y esa carga de testosterona y masculinidad había ejercido sobre todos, de las conversaciones sobre los programas de televisión y las secuencias de Los Simpsons que eran calcadas, te reías porque ibas a sorprendernos. Y cuando sonaba la música, Stuck in the middle with you, movimos el culo divertidos y sonriendo. Paquitos Tarantino los dos en aquel bar que no saldría nunca en una película de Tarantino, demasiado limpio y ambientado, demasiado lleno de mujeres, aunque con la banda sonora necesaria.
Y al irme, en otro bar ya, en un bar sí de Tarantino o peor, donde los baños apestan y hay en todo un aire patético y falsamente violento, me contaste el secreto de las palabras de la película. No del título. Si no de la película entera, Reservoir Dogs, nada en absoluto, ninguna relación con lo real y su significado. Y ese secreto era también el del fin de semana y tal vez el de la vida. Dos palabras aisladas que se juntan, incluso por error. Y se quedan. Y hacen, quién iba a pensarlo, buena pareja. Pero que no significan nada.
Suena Little Green Bag. Nos ponemos gafas de sol. Traje oscuro. Corbata negra y fina. Avanzamos por la calle. Somos hombres. Somos duros. Que tiemble el suelo. Allá vamos.

1 comentario:

Selene dijo...

Uhmmmmm, hombres duros!!!!!!!!!!!!
Cómo de duros?
Es broma!
Me ha encantado leer esta entrada!
Adoro a Tarantino y me encanta Reservoir Dogs!