Sentado en mi tumbona senil y jugando con los hielos de una copa con Ginebra G’Vine, recibo un correo en el móvil que me invita a formar parte de CREATURA con mayor regularidad. Abrumado por la propuesta, llamo a mi asistenta y pido un masaje tailandés en las sienes. Con la mente algo más despejada pero igual de ebria, me pongo manos a la obra. Contesto el correo con un sí rotundo y adjunto, como agradecimiento, los planos secretos del Pentágono. Es divertido saber donde tienen los pósters porno. Defino la nueva sección en 3 líneas; este espacio será, como dice el encabezamiento, un subterfugio cromado. En otras palabras, una vía
expiatoria cromada como los iPod nano y los pomos de las puertas de los hoteles de Marina d’Or. Tras una estresante mañana desarrollando la panorámica de los siguientes meses de mi colaboración en CREATURA, solo aliviada por el masaje y por la lectura del manifiesto de la Internacional Situacionista, doy paso al primer texto cromado, en versión lite, que narra la elaboración y diseño psicótico que ha tenido lugar con mi gurú de confianza para definir conceptualmente este espacio.
-Si pudieras elegir un animal para desplazarte, ¿Con cuál te quedarías?
- Un ciempiés modificado genéticamente, del tamaño de una zebra.
- Greenpeace estaría orgulloso de ti, no hay duda; eres todo un referente para los fieles de Hanna Montanah.
- Ahora que lo dices, como animal para desplazarme esta tipa tampoco estaría mal.
El director de comunicación de Telhonious Monk Advertisement, contento con su elección animal para sustituir a su Porsche 911, me devuelve la pregunta modificando algunos elementos.
-Y tú, ¿qué elegirías como mesa para escribir?
- Una pila de libros de autoayuda de Jorge Bukkayke. Encima de ellos, mi Macbook manchado de sangre.
Hecho este precalentamiento cordial, damos paso al núcleo de la reunión.
Me propone las directrices.
-Tu estilo -me dice- debería juntar a Bukowski con Paris Hilton, American Psycho con Miedo y Asco en Las Vegas y Luxemburgo con Berlín. ¿Podrás con ello?
-Necesito una copa.
-La tienes en la mano.
- La combinación es trash y pretenciosa, creo que es lamentable, pero no hay mucho que perder. Lo peor es que vendrán de Madrid a Barcelona y exigirán mi cabellera e implantes dentales como señal de deserción.
Miro por la ventana (en la mayoría de situaciones que vivo siempre hay una ventana por la que mirar). Un ciempiés con alerón y llantas Pirelli espera pacientemente en la esquina, en doble fila, con los warnings puestos.
Lleva una pancarta: “Subterfugio cromado, de ahora en adelante en CREATURA”.
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