EDITORIAL NOVIEMBRE 2009

En los últimos meses, he descubierto que tengo superpoderes. Sí, no se sorprendan, en este mundo hay muchas personas con superpoderes que esconden su condición para pasar desapercibidos y no ser descubiertos. Aunque es cierto que estas habilidades especiales han dañado algunas áreas de mi cerebro, dando como resultado una memoria de pez, estoy muy contenta con mis nuevas capacidades: supervelocidad, visión periférica ampliada, oído hiperdesarrollado, ausencia de fase profunda del sueño y desdoblamiento mental. Todas ellas muy útiles porque hago las cosas en menos de la mitad del tiempo que tardaba antes, veo más allá de lo que nunca soñé, escucho hasta el más mínimo suspiro en cualquier lugar de la casa, vivo en alerta permanente y soy capaz de estar en más de un sitio al mismo tiempo, mentalmente claro. Se estarán preguntando si vengo de otro planeta, o me ha picado una araña radiactiva o si estoy podrida de dinero y alguien me fabrica aparatos de tecnología imposible que me permiten convertirme en lo que soy. Siento decepcionarles porque lo mío ha sido mucho más sencillo, pura y dura evolución, nueve meses portando un sujeto minúsculo y me he convertido en ser completamente distinto.
Podéis estar tranquilos porque de mi especie somos muchas, acechantes, vigilando, sin descanso ni tregua. Estamos en todas partes, hasta en vuestra revista favorita, para que podáis relajaros y disfrutar de este número de noviembre.

1 comentario:

Bill Rayos Beta dijo...

¡Qué me vais a contar a mi de superpoderes!