INSURRECCIÓN
Al escritor le tiembla la mano, apenas puede pulsar las teclas del ordenador para terminar su última obra, la más importante, la que le hará inmortal. Ha preparado cada detalle con cuidado. Pero sus dedos se resisten, le niegan, no quieren terminar lo que ya esta empezado. Lucha contra sus dedos hasta que consigue controlar uno, el índice, e ir marcando una a una las teclas que van dibujando en la pantalla las letras de la frase final, del golpe de efecto. Cuando marca el último punto sus dedos se rinden, han perdido, no pueden hacer nada contra el escritor, la decisión esta tomada, el plan consumado.
Los dedos caen inertes, como inerte cae el escritor cuando el asesino que el ha creado lo alcanza.
Noemí Benito Sanchez – Monge. lostulipanesvioleta.blogia.com
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