CORREO DE LOS LECTORES (¡Porque los tenemos, no te jode!)
¡Buenas! Soy un chico de León y tengo novia en Illescas. Este viernes hablé con un chico de Creatura y le pregunte sobre la revista, le dije que tenia algo escrito sobre Illescas, me dijo que lo enviase y si os gustaba pues se publicaba. Así que os lo hago llegar, si os gusta pues bien y si no pues nada, por lo menos lo he escrito que ya tenía ganas. Mi nombre es Abel Aparicio González. Pues lo dicho, un saludo y aquí os dejo el texto.
Un largo viaje en tren desde el viejo Reino de León
añorado reino, eran buenos tiempos, éramos grandes.
Pasan las horas, cambia el paisaje, llega Castilla
estación de destino Illescas, extraña sensación.
Paseo, conozco sus calles, comparto, discrepo, vivo.
De una esquina me llegan aires irlandeses, entro,
buena música, el personal deja sus letras en servilletas,
no es el parnasillo, ni el Montparnasse, pero me envuelve.
Salgo, sigo caminando, afilan guitarras de rock & roll,
me siento en la barra, enfrente, el libro de la vida.
A sus alrededores la gran ciudad, me satura, coches,
sociedad individualizada, cada uno en su burbuja, soledad.
Me voy al parque grande, enciendo un cigarro aliñado,
abro un libro, “Un mundo feliz”, demasiadas coincidencias.
Las agujas siguen su ritmo natural, entablo conversaciones,
encajo, primero conocidos, luego amigos, ahora familia.
Salgo a correr, hacemos grupo, me describen el entorno.
Descendiendo la calle Real, sede de una peña, me acogen.
Sala de cultura, proyectan 13 rosas, opiniones, dialogo, debate.
Miro atrás en el tiempo y veo que han transcurrido dos años,
con sus cosas buenas, las menos malas y las malas, me gusta.
Es fácil ser feliz en un lugar diferente al tuyo, tan diferente.
No me sentí inmigrante, ni apartado, ni mucho menos extraño,
alejado de falsos patriotas, que es la patria mas que tu entorno,
que es la patria más que tus amigos, sin tener en cuenta estúpidas
fronteras, sin tener en cuenta colores, religiones, culturas ni razas.
Puedo decir que Illescas forma parte de mí y yo parte de ella.
Un largo viaje en tren desde el viejo Reino de León
añorado reino, eran buenos tiempos, éramos grandes.
Pasan las horas, cambia el paisaje, llega Castilla
estación de destino Illescas, extraña sensación.
Paseo, conozco sus calles, comparto, discrepo, vivo.
De una esquina me llegan aires irlandeses, entro,
buena música, el personal deja sus letras en servilletas,
no es el parnasillo, ni el Montparnasse, pero me envuelve.
Salgo, sigo caminando, afilan guitarras de rock & roll,
me siento en la barra, enfrente, el libro de la vida.
A sus alrededores la gran ciudad, me satura, coches,
sociedad individualizada, cada uno en su burbuja, soledad.
Me voy al parque grande, enciendo un cigarro aliñado,
abro un libro, “Un mundo feliz”, demasiadas coincidencias.
Las agujas siguen su ritmo natural, entablo conversaciones,
encajo, primero conocidos, luego amigos, ahora familia.
Salgo a correr, hacemos grupo, me describen el entorno.
Descendiendo la calle Real, sede de una peña, me acogen.
Sala de cultura, proyectan 13 rosas, opiniones, dialogo, debate.
Miro atrás en el tiempo y veo que han transcurrido dos años,
con sus cosas buenas, las menos malas y las malas, me gusta.
Es fácil ser feliz en un lugar diferente al tuyo, tan diferente.
No me sentí inmigrante, ni apartado, ni mucho menos extraño,
alejado de falsos patriotas, que es la patria mas que tu entorno,
que es la patria más que tus amigos, sin tener en cuenta estúpidas
fronteras, sin tener en cuenta colores, religiones, culturas ni razas.
Puedo decir que Illescas forma parte de mí y yo parte de ella.
1 comentario:
Bellas improntas como dijo Kebran de nuestro querido pueblo, un placer conocerte Abel y espero que regreses al Creatura en breve
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