FRANCISCO IBAÑEZ


EL MAESTRO

Francisco Ibáñez Talavera, nacido un 15 de marzo de 1936 en Barcelona, se ganó sus primeros sueldos trabajando en el Banco Español de Crédito. Sin embargo, su afición por el dibujo ya venía de lejos (su primer dibujo fue publicado cuando tan sólo contaba con siete años de edad en la sección "Colaboraciones de nuestros lectores" de la revista Chicos) y, aunque durante varios años alternó el trabajo en el banco con su verdadera vocación, no es hasta 1957, con 21 años, que se decide a dar el gran paso. Así, aprovechando la coyuntura de que cinco de las estrellas de la Editorial Bruguera habían abandonado la misma para fundar una nueva editorial D.E.R.), se presentó con unas muestras bajo el brazo y de esta forma es como comenzó a trabajar para la citada empresa. Poco tiempo después, le pidieron que creara un personaje con gracia, fue con Mortadelo y como gustó, pues dicho y hecho. Así se hacían las cosas por entonces y de esta forma tan espontáneanació “Mortadelo y Filemón, Agencia de Información”. Ibáñez, que se define como un consumado admirador de clásicos del cine cómico como Abbot y Costello, Chaplin y Harold Lloyd, había creado un Sherlock Holmes y un Watson a la española. En palabras del propio Ibáñez, “Al principio la historieta era un chiste inflado que se desarrollaba al final. Los de la censura querían que nadie pensara, que la gente simplemente pasara el rato. Por eso no aparecen mujeres en las historietas. Cuando los censores veían a una le empezaban a recortar las curvas hasta dejarla como un espárrago cabezón. Un día dibujé un perro comiéndose un hueso y me lo censuraron porque afirmaban que aquello no era hueso, que aquello era un miembro viril y que había que quitarlo”.

Y estos personajes, como ya sabréis, no fueron los únicos, porque Ibáñez desarrolló una prolífica carrera en Bruguera que le llevó a crear durante sus primeros 10 años más de 20 series. Algunas de ellas, como “El botones Sacarino”, “13, rúe del Percebe”, “Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio” y “Rompetechos”, compartieron fama e incluso aventuras con la pareja de detectives, siendo este último el favorito del autor (y tal como siempre dice, el que ambos se parezcan y sean cortos de vista “Es pura casualidad”. Uhm, no sé yo que creer…

ALGUNAS ANÉCDOTAS

Antes de nada, creo necesario agradecer a Antoni Guiral sus inconmensurables obras: “Los tebeos de nuestra infancia: La Escuela Bruguera (1964-1986)” (Ediciones El Jueves 2007) y “El gran libro de Mortadelo y Filemón, 50º Aniversario” (Ediciones B, 2007), que tan bien me han servido a la hora de documentarme y que por tanto, no tengo más remedio que invitaros a haceros con ellos cuanto antes.


Y ya entrando en meollo, en 1969, con la publicación de “El sulfato atómico”, el argumento de sus historietas de “Mortadelo y Filemón” pasó de1 o 2 páginas a 46. Si a ello le sumamos la continuidad de sus otras series y encargos publicitarios, es de entender que Ibáñez reconozca: “Lo único jodio era el ritmo de trabajo, que era espantoso, inhumano. Íbamos a entregar los miércoles y, cuando llegaba el martes por la noche, a veces me faltaban dos o tres páginas para acabar”. Para solucionar este problema la editorial le suministraba material de autores franco-belgas como Peyo, Franquin y Uderzo, animándole a utilizarlo como “fuente de inspiración”. A Ibáñez no le duele admitir que en algún momento, fusiló algunos de los gags, y es que hay que considerar que el “Sistema Bruguera” consistía en historias de una página con un gag alargado hasta el final, pero otras como “13, rúe del Percebe”, implicaban un gag por viñeta, es decir, 14 o 15 gags en cada página. Sin embargo, que nadie se lleve las manos a la cabeza creyendo que Ibáñez es un, digamos, copión. Como bien matiza: “Si juntas todo lo que hubiera podido sacar de aquellos autores, igual salen unas 15 o 20 páginas calcadas. Y 15 o 20 páginas de las 40000 o 50000 que he hecho en mi vida… Vamos, que tampoco es tanto

Y por ello su obra es tan reconocida que en su vitrina encuentras, entre otros premios, el "Aro de Oro" a los personajes infantiles más populares del año por “Mortadelo y Filemón”en 1969, 1974, 1975 y 1976; el "Gran Premio del Salón del Cómic" de 1994 al conjunto de su obra; y la "Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2001". Y él sigue en la brecha. Tanto es así que, sobre el hipotético final de “Mortadelo y Filemón”, ha sentenciado: “Yo no quiero matarlos. El día que yo desparezca alguien tendrá que continuarlos” ¡Pues ahí queda eso! ¿Quién se anima?


Dedicado nuevamente a mi hermano JF y también, a Diego

3 comentarios:

Kebran dijo...

una pregunta BILL RAYOS
¿TIENE IBAÑEZ LA MEDALLA AL TRABAJO?
se la merece

el Kebran

Bill Rayos Beta dijo...

creao que no. La que sí tiene concedida es la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes 2001. De todas formas me informaré a ver que veo

Anónimo dijo...

Se agradece la dedicatoria hacia mi persona, Thanks¡¡
El maestro Ibañez se merece la medalla al trabajo, por sus años al servicio del comic y sobretodo por le gran servicio que hace a todos los que cagamos placidamente gracias a sus historietas.