Este artículo le tengo escrito hace al menos un mes, pero no encontraba el momento de publicarlo, porque habla de cuando era joven y recordar me pone triste. Pero bueno, ahí va...
OVERFLOW
Hoy ha sido uno de esos momentos especiales. Sucede cuando inesperadamente encuentras algo que te hace renacer sentimientos olvidados. La edad por desgracia permite que el corazón se oxide, y dejemos de sentir las cosas como antes lo hacíamos.
Estando en casa de mis padres, he encontrado las antiguas fotos de los conciertos de Overflow. Fue nuestro primer grupo y los recuerdos que tengo son una grabación amateur que hicimos en un instituto de imagen y sonido, los carteles de los conciertos, algunas casetes antiguas y esas fotos ¡Joder, éramos tan jóvenes! Con nuestras melenas dejándose crecer, las caras de pipiolos y toda la actitud del mundo en el rostro. Tocábamos muchas veces un poco acojonados (lo cierto es que tocamos en cuatro sitios fuera aparte de Illescas), pero nos sentíamos de puta madre, por que allí arriba, aunque fuese el rato que duraba el concierto, y por una vez, nos convertíamos en lo que soñábamos de pequeños.
También recuerdo los ensayos. No teníamos ni local al principio del todo. Por no tener, no teníamos ni equipo, salvo un par de guitarras y dos amplis cutres de transistores, pero nos hacíamos fotos como si fuésemos los mismísimos Guns ‘n’ Roses. Luego empezaron a venir los colegas y tocábamos algún tema de Metallica (siempre los mismos y ni siquiera completos), pero nuestros amigos se flipaban tanto como nosotros.
Estando en casa de mis padres, he encontrado las antiguas fotos de los conciertos de Overflow. Fue nuestro primer grupo y los recuerdos que tengo son una grabación amateur que hicimos en un instituto de imagen y sonido, los carteles de los conciertos, algunas casetes antiguas y esas fotos ¡Joder, éramos tan jóvenes! Con nuestras melenas dejándose crecer, las caras de pipiolos y toda la actitud del mundo en el rostro. Tocábamos muchas veces un poco acojonados (lo cierto es que tocamos en cuatro sitios fuera aparte de Illescas), pero nos sentíamos de puta madre, por que allí arriba, aunque fuese el rato que duraba el concierto, y por una vez, nos convertíamos en lo que soñábamos de pequeños.
También recuerdo los ensayos. No teníamos ni local al principio del todo. Por no tener, no teníamos ni equipo, salvo un par de guitarras y dos amplis cutres de transistores, pero nos hacíamos fotos como si fuésemos los mismísimos Guns ‘n’ Roses. Luego empezaron a venir los colegas y tocábamos algún tema de Metallica (siempre los mismos y ni siquiera completos), pero nuestros amigos se flipaban tanto como nosotros.
Luego llego el batería, el cantante y mi hermano se pilló el bajo. Los ensayos se basaban en un 10% ensayo, un 10% lucha de egos y un 80% de improvisación desorganizada (uno que se arrancaba con el batería mientras otro se fumaba un trujas mientras otro hablaba con los que habían venido a vernos).
Al final hicimos unos cuantos temas y unas versiones (¡Qué inolvidable ese “Divided”, o también llamado “Tu padre”, aunque pocos entenderán esto!) y los fuimos puliendo. Yo creo que fue gracias a la cerveza que regaba nuestros estómagos y el de los colegas en los bares tras los ensayos, con esas tapas de huevo de codorniz y acabando bastante tocados a eso de las 10:30 de la noche. Luego ducha y al botellón, cuando éramos cuatro los que lo hacíamos, necesitando de guantes del frió que hacía (algunos tienen hasta cicatrices de esas batallas). Allí hablábamos de música y nos flipábamos un poco más. Pero así era nuestra vida e intereses.
También recuerdo el primer concierto, en diciembre de 1998 en el “Templarios”, (más tarde también conocido como “El Camino del Roció”, “Rock Star” y, por supuesto, el tan añorado “Stoner”). Aquel día nos vino a ver “to dios” (amigos, familiares, gente de otros grupos,…), porque llevábamos tanto tiempo tocando que la gente quería ver que cojones hacíamos o, peor aun, ¡Si hacíamos algo realmente! Aun veo las fotos y veo la cara de jiñe, pero nos quedó muy bien, visitando esa “Star over you”, bañándonos en la playa de Omaha, torciendo en una “Single Lane Road” hasta terminar en el famoso “Letters” (o “Forever”, que seguimos diciendo a veces ya como coña).
Y así seguimos con nuestra rutina, la de los acordes limpios y las quintas con distorsión, tocando en “El Callejón”, el “Boliche”, la “Now”, en las fiestas de Yuncos y unos cuantos sitios más. Hasta que llegó aquel concierto en Fuenlabrada…
Las cosas habían cambiado, y el grupo que tocaba antes que nosotros era de Nu Metal, (lo que se llevaba en esa época) y nos dejaron por los suelos. Creo que nunca superamos ese momento. O quizás estábamos anclados en los temas, esos 10 temas que tantos años nos habían costado sacar adelante y ponernos de acuerdo.
Al poco nos separamos, hicimos otras cosas pero nada volvió a ser igual. Ya no éramos tan jóvenes...
Las cosas habían cambiado, y el grupo que tocaba antes que nosotros era de Nu Metal, (lo que se llevaba en esa época) y nos dejaron por los suelos. Creo que nunca superamos ese momento. O quizás estábamos anclados en los temas, esos 10 temas que tantos años nos habían costado sacar adelante y ponernos de acuerdo.
Al poco nos separamos, hicimos otras cosas pero nada volvió a ser igual. Ya no éramos tan jóvenes...
Dedicado a Raúl, Julio, Ferrer y Pinky, y a mi, claro: Los “Overflow”. Y también a todos los que nos aguantaron ensayos y conciertos ¡Ellos saben quienes son!
3 comentarios:
¡Oh yeah!
Jaaaarl!!!!
Los viejos tiempos, que recuerdos...
Por cierto, ¿Y si hacemos una reunión de Overflow para hacer un par de bolos?
Ja, ja, ja...
Muy buen post!
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