¡Buenas a todos, mis irreductibles seguidores! ¡Vuelven nuestros colegas Bats, Supes y el pequeño Petirrojo en una “love story” que emocionará a más de uno! Y es que después de años de follisqueo de lo más intenso, Batsy decide poner punto y final a su relación con el boy scout volador. Después de una racha de, ya sabéis, malos rollos y desencuentros, Batman se da cuenta de que esto no va a ninguna parte y comienza a pasar de Supermancio. Éste, mosqueado, no para de llamarle por teléfono, lo que ya tiene hasta los huevos a Alfred, el fiel mayordomo del señorito Wayne. Pero aun así, sigue siendo un mandao, por lo que no le queda más remedio que acatar sus ordenes cuando le pide: “Dile… dile que no estoy aquí”. Con estas, Alfie le contesta: “Como desee, señor” y se va al teléfono para decirle, con un nudo en la garganta, al tito Clark: “Lo siento, Sr. Kent. El Sr. Wayne… Quiere que le diga…” Y Supes, con el corazón destrozado y entendiendo que esto es el final, le corta diciendo: “Está bien, Alfred. Lo entiendo” Y a continuación se echa unas lagrimitas pensando en lo que pudo haber sido y al final no fue.
Sin embargo, lo que para unos es un corazón roto, para otros es un nuevo comienzo, por lo que según cuelga Alf, ya está Batman danzando por los tejados buscando a su eterno enamorado. Y así, una vez que lo engancha bien (¡Pero bien!) por detrás, se lo lleva a la Batcueva y al final, termina convenciéndole de que le haga un buen pajote. Pero Robs está un pelín nervioso por lo que le pega tal apretón que Bats no puede evitar quejarse: “¡Ough!”. “¿Duele?” Pregunta Robin temeroso de haberla cagado. “Cuando la agarras así, sí”, responde Batman sonriendo momentos antes de eyacular sobre su cara. Y el pajarillo, a relamerse y comérselo todo. Fin ¡Qué viva el amor!
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