Aunque parezca una barbaridad se ha confiado y cedido un pequeño espacio del fanzine de Creatura a una loca de esas de las que dicen que van por ahí echando pestes de los tíos, y nada más lejos de la realidad. Ni está loca ni ese tipo de locura conduce a ir por ahí echando pestes de los tíos, ni pisoteándolos ni machacándolos. Aunque algunos se lo merezcan cuando a veces, por sentirse superiores y propietarios de sus parejas, las aplastan y se las cargan, acaban con su vida física y derrotan y anulan su vida mental.
Pues ésta, la feminista – y a mucha honra-, irá volcando aquí lo que en cada momento le venga a la cabeza, intentando que todo eso sea, la mayor parte del tiempo y de las líneas que le ceden, un derroche de palabras que luchen por conseguir que alguien llegue a plantearse, al leerlas, que la igualdad se puede alcanzar.
Para empezar, dejar las cosas claras: una feminista - no tiene por qué ser una, puede haber también un/algún feminista- no piensa que las mujeres son mejores que los hombres, sino iguales. Feminismo no es lo contrario de machismo. Los machistas – y las machistas, que también las hay- sí piensan que los hombres son superiores a las mujeres: así lo tienen interiorizado y en consecuencia actúan. Lo contrario del machismo no es el feminismo, es el “hembrismo”. El feminismo se define, desde hace más de 150 años, como aquel pensamiento que considera que es justo que hombres y mujeres sean iguales en derechos y oportunidades.
A ver quién se atreve a decir, en una sociedad donde todos y todas somos políticamente correctos, que no es feminista.
A partir de ahí, ser mujer, con pareja, con varias parejas, con pareja chica o con pareja chico, querer estar sola, pensar, vivir, luchar, disfrutar, desear, mentir, observar, serán los centros de este huequecito.
Nota aclaratoria: el titulo, nombre o lo que se quiera llamar al encabezamiento de esta rallada también es para pensar, no es “coña”.
Pues ésta, la feminista – y a mucha honra-, irá volcando aquí lo que en cada momento le venga a la cabeza, intentando que todo eso sea, la mayor parte del tiempo y de las líneas que le ceden, un derroche de palabras que luchen por conseguir que alguien llegue a plantearse, al leerlas, que la igualdad se puede alcanzar.
Para empezar, dejar las cosas claras: una feminista - no tiene por qué ser una, puede haber también un/algún feminista- no piensa que las mujeres son mejores que los hombres, sino iguales. Feminismo no es lo contrario de machismo. Los machistas – y las machistas, que también las hay- sí piensan que los hombres son superiores a las mujeres: así lo tienen interiorizado y en consecuencia actúan. Lo contrario del machismo no es el feminismo, es el “hembrismo”. El feminismo se define, desde hace más de 150 años, como aquel pensamiento que considera que es justo que hombres y mujeres sean iguales en derechos y oportunidades.
A ver quién se atreve a decir, en una sociedad donde todos y todas somos políticamente correctos, que no es feminista.
A partir de ahí, ser mujer, con pareja, con varias parejas, con pareja chica o con pareja chico, querer estar sola, pensar, vivir, luchar, disfrutar, desear, mentir, observar, serán los centros de este huequecito.
Nota aclaratoria: el titulo, nombre o lo que se quiera llamar al encabezamiento de esta rallada también es para pensar, no es “coña”.
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