FIRMA INVITADA, HOY FÉLIX CHACÓN


BAR ADENTRO
Si la ley lo permitiera
que me entierren en un bar.
Allí aprendí lo que sé
y comprendí al ser humano
y me he encontré con mi yo
más luminoso y alegre.

El bar lo llevo muy dentro,
y si escarbo en mi memoria
escucho el rumor de risas,
las carcajadas, las bromas,
las peticiones de cañas,
y, camarero, otra tapa,
a nosotros unas copas,
y charlas que se prolongan
hasta que, ya muy beodos,
alicatamos el mundo
a altas horas de la noche
del cenit hasta el nadir.

El bar es siempre un refugio
para el que se siente hundido;
o un lugar para explorar,
porque en sus entrañas guarda
siempre a los buenos amigos,
a los posibles amores
y a alquimistas clandestinos
que despachan pedacitos
del paraíso perdido.


El bar siempre es la salida
cuando doy plantón al otro,
al triste intelectualillo
que pasa toda su vida
metido en su habitación
leyendo libros sesudos.

Sé que el bar y yo andaremos
juntos hasta que todo se acabe,
con el tiempo incluso más
unidos, pues ya de viejo
tal vez deje, como Fausto,
los estudios elevados
para derrochar mi tiempo,
el poco que ya me quede,
embotando mis sentidos
con sustancias que me vendan
en la barra o a su vera.

Y aunque la ley no consienta
que me entierren en un bar,
no sería muy extraño que la muerte
me alcanzara en la taberna,
tal vez nervioso, esperando,
con la tarjeta sin saldo
y sin nada que contar,
silencioso como un sabio,
casi borracho y ligero
como los hijos del bar.
EL GRAFÓFILO
Algunos me preguntan por qué escribo
Esperando tal vez una respuesta
Trascendente o un silencio cargado de misterio
O una confesión perversa o retorcida

Yo siempre me quedo meditando
Acaso registrando mis bolsillos
Y ahora aquí, ocioso y solitario, encuentro la respuesta:

Escribo para gritar que estoy vivo
Escribo para encontrar la salida (o la entrada, ya no sé)
Escribo para ser un demiurgo un rato
Escribo para ver si así transcrito entiendo algo mejor este jaleo
Escribo para hacer algo mientras (¿mientras qué? A saber)
Escribo para escribir mi nombre a pie de página
Escribo para que los que vengan después sepan que yo estuve aquí
Escribo para que la libertad de expresión no se oxide por desuso
Escribo para evitar otras tentaciones mucho peores
Escribo para suplir mi falta de otras más ambiciosas metas
Escribo para fastidiar al enemigo
Escribo para acariciar a quien me importa
Escribo para no sentirme un desgraciado
Escribo para hacer sufrir al meapilas
Escribo para hacer pensar a los idiotas
Escribo para superar la burocracia
Escribo para no mancharme de la mierda
Escribo para ser el dueño de mí mismo

Y no es algo imparable, eso es verdad
Mi alma no precisa de la tinta para sentir la vida por sus venas
En un mundo asolado no tendría ninguna necesidad de decir nada
Mucho menos por escrito

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